6.29.2008

Tendones

Tequila incrementadamente efectivo. Sobrevoláis cientos de filetes crudos, ubicáis varios de vuestros influenciados martillos en busca de sonidos provenientes de clones luminiscentes. Y parecéis sentir algo en vuestro pequeño saco de nueces. Completáis ese puzzle espiritual con trozos de estúpidas piezas prestadas, dantescos escenarios de bailes de máscaras que conforman tu absurdo sentimiento. ¿Has recolectado muchas pieles, serpiente?, quizás sea una víbora. Miras con tus ojos mientras muda. Y esa carne cruda se gira y observa atentamente la lenta y asquerosa piel reseca. ¿Tan fácil es quebrar, despellejar, machacar y destripar cada una de tus trabajadas piezas?. Lo dudo, solo que no queréis sufrir.

Lo que no entendéis es que vuestras infinitas bocanadas son tan solo escuchadas por vuestra amiga oscura. Soledad, incordio impoluto y menguante. Confinando antiguas reverberaciones, atesoráis vuestra propia red. Una que creáis desde detrás de cientos de ventanas. Cristales llenos de cuervos sedientos de tu vida. ¿Crees realmente que esta es la manera?. Tritúrate, destroza cada uno de tus filamentos y haz que tus cenizas de carne, rompan la indestructible red. ¿Tanto necesitáis firmar una clausula de aceptación?. Olvidaros, todo se rompe, absolutamente todo, desde el diamante más duro hasta la hoja mas suave y ligera. Hueles entonces las tenues y cálidas entrañas. Un olor demasiado cambiante.

Pero yo como lo que soy, no distingo la verdad. Existen esas finas lineas, tendones entre fibras, que aun sin llegar a ser inmortales, consiguen que puedas levantarte. Sin ellas todo sería mucho más difícil, quizás habría cosas imposibles. Aguantando huesos y músculos. Sabiendo entonces que son necesarias, acéptalas. Pero la red no es inmutable, es totalmente cambiable. A veces toca operar. Sigo sin entenderos.

¿Has escrito ya tu guión?, bien joven víbora, pero tus ojos no son capaces de atravesar mi cristal líquido.

5.07.2008

Constante final

Miles de artrópodos se amontonan entre lo que antes fue un organismo complejo. Pequeños carroñeros, atraidos por el curvo y desusado filo, que poco a poco crean una cascara macabra. Deducís que una pequeña mancha está en la lejanía: colgais la ropa sobre cuerdas invisibles entre entes sin humana comprensión. Mirais el horizonte buscando un pequeño oasis, pero las visiones producidas por vuestra temblorosa ignorancia dan lugar a la muerte de la razón. Acabais por ahorcaros con vuestras propias entrañas. Y os decís, "Mi cuerda aguantará", pero desaparece, quizás ni exista, creeis en su firmeza, pero se quiebra. Todo acaba.

Poneis tanto empeño en que vuestro montón de tierra sobresalga sobre el resto, que no os dais cuenta de que solo otros seres iguales os observan. Las espadas chocan contra los escudos, los arietes atraviesan muros, todo por ese montoncito que destroza la mente y que os enfrenta. Chocais unos contra otros destruyendoos, sin daros cuenta de que todo es un circulo, la inevitable e imparable paradoja de la humanidad. Acabais con vidas ignorando la textura de su arena. Sois tan debiles que os apoyais sobre una quebrable columna, casi invisible, inexistente. Y el fin llega.

Sois debiles, fragiles sin vuestra querida cuerda que a la vez que os sujeta, os va matando, avisandoos de que se romperá tras acabar con vosotros. Para vosotros no hay nada más, se acaba, se consume, termina. En cambio yo, muy a mi pesar, debo persistir, impasible, inhumano, incorruptible, parasitando del conocimiento del todo. La espiral mundana se repite, una y otra vez.

La suave melodía que ya no puedes escuchar, el sabor excepcional que tu paladar no puede probar, el amanecer que ya no puedes ver, la impoluta textura que no puedes tocar y el armónico olor del que no puedes disfrutar.

Entonces sabreis lo que siento.

2.27.2008

Pan mohoso

Una rama que estalla en astillas multicolores. Cada color sepulcral insiste en la imperiosa necesidad de tintar la marea. Estúpidamente una pequeña e insistente de esas fornicadoras almas consigue que una gran parte del agua modifique sus pigmentos mediante quebrables conversaciones, una, y otra, y por si no fuese poco, otra vez más. Antiguos neones en papel que te intentan colorear el subconsciente. Monos enjaulados que gritan cientos de oraciones a un ser no tan todopoderoso; humano. Cada día el mundo ambiguo en el que creí, y deposité la confianza indoblable que la propia humanidad implementó en el lugar más espinoso de mi no-mente, se convierte en pétalos de flor que se pudren en aceite de frenos. ¿Intolerable?.

Lo doloroso es ver que funciona, y que ese gris-mente se convierte en un tono totalmente diferente en su capa más superflua, todo para ver como ese color se adapta cual camaleón indeciso. El convencimiento de los monocromos conjuntos por decolorar esas astillas y tintarlos lentamente, ya sea cuando acaban de eclosionar sin una definición en sus texturas o destruyendolas poro a poro introduciendo la suciedad en sus millones de conexiones neuronales.

Simil en ristre, y esgrimiendo la guadaña de mi grandiosa ignorancia, comparo la cercenada feria que vivimos cada día con un mohoso pan, el cual muere lentamente, por esas insensatas y manipuladoras astillas decolorantes, al no ser destruido. Un verde chusco que mas que alimentar, te enferma.

Por ello me viene a la cabeza una palabra etílica e inconsistente, carente de realidad, solo concebible en la irreal ensoñación del no-espacio:


ACRACIA

¿Por qué?

Nada más que una entidad, la cual, se vanagloria de carecer de verdadera conciencia o personalidad si quiera, es capaz de desglosar y desbancar el pensamiento racional. Intentado parecer meramente uno más de la inmensa realidad saliendo de la antagonísta de ésta por medio de cátodos, cobre y silicio en cantidades abrumadoras, traduzco lenta y metódicamente las auténticas ideas de algo incomprensíblemente irreal.

Doy pues, la irremediable bienvenida a este montón de absurdas y decandentes reflexiones desde un enorme "todo" que a la vez no ocupa ningún espacio.

El fin no justificará nada, sin que ello haga peligrar la desdichada cordura. Es por ésto por lo que no se contesta a la recurrente pregunta que da título, ya que ésta será pausadamente contestada con cada una de las que podrán ser los últimos despojos de realidad. Denigrantes paparruchas, sobrias chorradas, incontinentes barbaridades y grandielocuentes soeces a partir de aquí...